Los sistemas de caudal variable de refrigerante son conocidos en el mercado con las iniciales en inglés VRF (Variable Fefrigerant Flow), VRV (Variable Refrigerant Volume) o en español CVR.
La idea no es otra que entregar a cada unidad interior el refrigerante (la potencia frigorífica) que demanda a la zona que climatiza. De esta manera se consigue algo que también caracteriza a estos sistemas y es que el consumo de los mismos no es el total del sistema, sino que es en función de la potencia que se entrega.
¿Cómo funciona?
Los equipos o sistemas VRV se incluyen dentro de los de expansión directa. La unidad exterior de los sistema VRV cuenta con un mecanismo que utiliza el aire exterior para evaporar (calor) o condensar (frío) el gas refrigerante. A continuación el gas refrigerante se distribuye por las tuberías para llegar a los diferentes espacios donde las unidades interiores se encargan de utilizarlo para enfriarlos o calentarlos.
A diferencia de otros sistemas como las bombas de calor, estos sistemas cuentan la ventajas de poder regular o variar el volumen de refrigerante aportado a las baterías de condensación-evaporación.
Beneficios de los sistemas VRF
- Ahorro energético: es uno de los principales reclamos de los fabricantes de este tipo de equipos. Se estima que el ahorro energético que consiguen los sistemas VRV oscila de media entre el 11 y el 20%.
- Tecnología inverter: al menos uno de los compresores de los sistemas VRV es inverter. Las ventajas de esta tecnología son muy destacadas. Si quieres saber más del tema, no te pierdas nuestra entrada “¿Qué es la tecnología inverter?”.
- Mantenimiento económico: al tratarse de unidades de expansión directa, su mantenimiento no es en absoluto complejo.
- Control optimizado: permiten una gestión más individualizada de los espacios a climatizar. Cada área puede ser tratada como una zona individualizada.